Traicionado,
cual inútil objeto
que al perder
su valor,
es desechado.
Ciego estuve
al tender el velo
de tu amor sobre mí.

¿Porqué me dejas?
¿Porqué he sido
tratado cual vil
objeto?

Creí en el amor
y traicionado fuí.
Una vez, dos veces;
como juguete
fuí tratado.
Mi entero ser
matar desea.
¿Acataré mi deseo?

Esta agonía me carcome,
mas superarla debo.
Un dulce recuerdo
fue el tiempo juntos,
un recuerdo,
¡Maravilloso, soberbio!
Pero, al fin,
un recuerdo.

Estúpido caí en la trampa ,
cual canto de sirena
fuí seducido,
y al final condenado.

¡Oh, imbécil!
¡No debiste vivir por ella,
respirar por ella!
Dulce es su abrazo,
y consolador su apoyo.
¿Pero,
no es la misma belleza,
la misma atracción de la serpiente?

El amor es un veneno.
Es suave y cálido,
directo....
y mortal.

Simple mortal,
no caigas en el mismo
error como tu servidor;
el amor es dulce, pero mata.

Mi amada lo hizo,
una vez, dos veces,
clavó una punzante
espina en mi corazón.
¡Retorcerle el cuello,
quemarla viva,
empalarla y apuñalarla
merece!

Pero, mas aún así,
la cólera no disminuirá
y la ira no se sosegará,
con ella bajo tierra.
Habrán otras doncellas,
de igual o mayor belleza,
que tu corazón robarán
y tu razón confundirán.

Tú, dma adorada,
no eres nada.
Tú, mujer querida,
eres vacía.
¡Nunca, nunca más,
poseerme podrás!

Tuyo fuí por un tiempo,
y ahora puedo decir:
"Ya no eres la misma,
ahora, ¡Eres cualquiera!"